Thursday, June 22, 2006

ADRIANA ARRIETA ES LA CONJURADORA DE LOS CANTOS VIEJOS: MAX ROJAS

"¡Qué bueno que Adriana no tuvo otra opción que la de escribir poesía!", exclamó el editor y promotor literario Max Rojas durante la presentación del libro De límite leyenda y fin, de Adriana Arrieta Munguía, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, el pasado martes 9 de marzo.

La expresión de Rojas se dio en un ambiente inusualmente festivo e interactivo en México –asistieron cerca de cien personas- en la lectura y análisis literario de una colección de poemas.

Ello, no obstante que las dos opiniones calificadas que evaluaron el libro –Alejandro Alonso además de Rojas- coincidieron en que la poesía de Adriana Arrieta es "dura, difícil, irreverente sin caer en la blasfemia y sin las mínimas concesiones a los lectores".

Max Rojas incluso llegó a decir que Adriana "es la conjuradora de los viejos cantos", porque logra hacer que la poesía cumpla con uno de sus principales objetivos: "abrir heridas, no cerrarlas, porque la poesía no tiene porqué ser bálsamo".

Los dos críticos, moderados por José Angel Domínguez, coincidieron asimismo en que De límite leyenda y fin, el cuarto libro de poemas de la autora capitalina, tiene cuerpo esencialmente reflexivo y filosófico que lo hace poco accesible a los lectores comunes.

Sin embargo, Max Rojas afirmó que es un libro "tierno y desolado" cuya enorme y espléndida poesía concilia el contenido filosófico de sus temas con la festiva musicalidad de los versos con que la hace volar.

De límite leyenda y fin fue editado por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta dentro de la colección Práctica mortal, que reúne la producción de jóvenes poetas modernos de México.

Alejandro Alonso, con obra también en Práctica mortal, destacó en la poesía de Arrieta Munguía su versatilidad y su fácil manejo de conceptos e imágenes, habilidad que pese a su contenido reflexivo la hace del gusto de los niños.

El autor de Eldorado comentó que hizo una prueba de muestreo con hijos de algunos amigos, y encontró que el libro de Adriana había gustado y motivado mucho a la mayoría de los niños que lo leyeron.

Alonso calificó el libro de "peligrosamente honesto en su unidad temática" y en su objetivo de cuestionar la vida como emblema. "Lejos de ser poesía elusiva, es poesía de confrontación, lo que le permite hacer de la escritura una caligrafía de la soledad, del temor y el desasosiego".

El poeta y crítico comentó que en su propósito de indagar y cuestionar los temas vitales del hombre, Adriana Arrieta impugna al tiempo y Dios mismo, pero lo hace con los recursos místicos de la mitología semítica cristiana, sin caer en la blasfemia ni en el pesimismo.

El análisis de Alonso concluyó con el reconocimiento del ejercicio de una escritura abocada a descifrar la naturaleza y de la asunción a carta cabal de Arrieta en su inevitable vocación como poeta. "Su obra nada tiene que ver con el oropel que se presume en este oficio artístico".

Adriana Arrieta Munguía, por su parte, correspondió a la generosa presentación de su libro con la lectura de dos poemas del "primer movimiento" -De límite leyenda y fin está dividido en tres partes, como una sinfonía-; tres del segundo; y 11 estrofas del tercero, el cual es un largo poema de 500 versos.

La última estrofa del libro dice:

Por fin los caminos perdieron límite

parece que el pastor

reconoció a su oveja formal

parece que la destrucción desbastó

que el descuido descarrió

que el desvanecimiento descoyuntó

por fin la desdicha se desdobló.